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Islam

El islam, en árabe الإسلام, al-Islām, es una religión monoteísta abrahámica cuyo dogma se basa en el libro del Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y que Mahoma es el mensajero de Alá». La palabra árabe Allah, castellanizada como Alá, significa ‘Dios’ y su etimología es la misma de la palabra semítica ‘El’, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos islámicos definen al islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el abandono de la idolatría». El libro sagrado del islam es el Corán, dictado por Alá a Mahoma a través de Yibril, el arcángel Gabriel. Los seguidores del islam se denominan musulmanes, del árabe muslim مسلم, lo cual significa 'que se somete'. Atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía. Se aceptan como profetas principalmente, pero no limitándose, a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y Jesús. Además del Corán, los musulmanes de tradición sunita siguen asimismo los hadices y la sunna del profeta Mahoma, que conforman el ‘Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta’. Se aceptan también como libros sagrados la Torá, el Antiguo Testamento de los cristianos, los Libros de Salomón y los Evangelios del Nuevo Testamento. El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes.

Se estima que hay en la actualidad entre 1.000 y 1.200 millones de musulmanes en el mundo. Según el Vaticano, el islam, conjuntamente con todas sus ramificaciones, es la religión más extendida del mundo, ya que recientemente ha superado el número de católicos, y la segunda religión del mundo si se suma el número de fieles de las distintas confesiones del cristianismo. El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca, en la actual Arabia Saudita. Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes de si se extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos al islam.

Etimología y significado

La palabra Islām, de la raíz trilítera s-l-m, deriva del verbo árabe aslama, que significa literalmente ‘aceptar, rendirse o someterse’. Así, el islam representa la aceptación y sometimiento ante Dios. Los fieles deben demostrar su sumisión venerándolo, siguiendo estrictamente sus órdenes y aboliendo e politeísmo. En palabras de Pedro Martínez Montávez: Se dice habitualmente que islam significa sumisión total a Dios, lo que es indudablemente cierto, aunque no es menos cierto que ello corresponde a la traducción de sólo una parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raíz lingüística de la que deriva, que cubre el campo semántico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente se somete a Dios, se pone en sus manos, porque tiene la seguridad de que así se pone a salvo.

Doctrina del islam

La doctrina islámica tiene cinco pilares en su fe que forman parte de las acciones interiores de los musulmanes. Los pilares principales son:

1. La profesión de fe, es decir, aceptar el principio básico de que sólo hay un Dios y que Mahoma es el último y más importante de sus profetas.
2. La oración.
3. El zakat o azaque, traducido a veces como limosna, es decir, compartir los recursos con los necesitados.
4. El ayuno en el mes de ramadán.
5. La peregrinación a la Meca, para quien pueda, al menos una vez en la vida.

Sin embargo, islam chiita cuentan con otros cinco pilares, distintos a los de las otras ramas, más abstractos e internos.
A éstos añaden algunos musulmanes el sexto pilar del yihad o esfuerzo en defensa de la fe. En términos estrictamente religiosos, se entiende fundamentalmente como un esfuerzo espiritual interior de cada creyente por vivificar su fe y vivir de acuerdo con ella. A esto se le llama yihad mayor, mientras que existe un yihad menor que consiste en predicar el islam o defenderlo de los ataques. De este último concepto nace la idea de yihad como lucha o guerra que se ha popularizado en todo el mundo.
Además, conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas, la predestinación y en la próxima vida.

Dios

Dios en el Corán se nombra a sí mismo como Allah. Aunque el término es conocido en Occidente como referencia al Dios musulmán, para los hablantes en árabe, de cualquier religión, incluidos cristianos y judíos, se emplea como referencia a "Dios". La creencia en Dios dentro del islam consiste en cuatro aspectos:

1. En Su existencia. Esto primeramente por guía del Creador a Su siervo, posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos, signos en la creación y como prueba principal; los textos sagrados.
2. En que Él es el único, en Sus actos y dominio de este Universo, es decir: Él único Creador, Sustentador, Soberano, etc.
3. En que Él es la única divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto solamente Él es el merecedor de la adoración.
4. En Sus nombres y atributos: Consiste en afirmar de Dios lo que ha afirmado de Sí mismo en el corán o a través del profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos divinos, sin distorsión, negación, o asemejarlo a algo de este mundo.

Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judíos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero hay diferencias considerables. Es reseñable, sin embargo, que el islam, a semejanza del judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad (tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas, como afirma en cambio la mayoría de las corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad, en su carácter incomparable e irrepresentable.
El islam se refiere a Dios también con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epítetos referidos a cualidades de Dios, tales como El Clemente, Al-Rahmān, El Apreciadísimo, Al-'Azīz, El Creador, Al-Jāliq. El conjunto de los 99 Nombres de Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā' al-husnà o ‘los más bellos nombres’, algunos de los cuales han sido utilizados asimismo por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre que permanece incognoscible, que es objeto de especulaciones místicas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-'Azam), o como el Nombre de la Esencia, figura que existe igualmente en el judaísmo, y que ha tenido una gran importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (Señor).

Mahoma dijo que Dios tenía 99 nombres; en este versículo del Corán se mencionan algunos:

Es Alá "no hay más Dios que Dios", el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el Compasivo, el Misericordioso. Es Alá "no hay más dios que Dios", el Rey, el Santísimo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a Alá! ¡Está por encima de lo que Le asocian! Es Allhá, el Creador, el Hacedor, el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo que está en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el Poderoso, el Sabio. (Corán 59:22-24).

La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras castellanas como "ojalá" (wa shā llāh: ‘y quiera Alá’), "olé" (wa-llāh: ‘por Alá’) o "hala" (yā llāh: ‘oh, Alá’).

Libros revelados

La fe en los libros revelados dentro del islam comprende:

1. En que fueron descendidos y revelados por Dios:

- El Corán (Qur’an) revelado al profeta Mahoma.
- La Torá (At-Tawrat) revelada al profeta Moisés.
- Los Salmos (Az-Zabur) revelados al rey David.
- El Evangelio (Al-Injil) revelado a Jesús, Issah para los musulmanes, hijo de María (Maryam).

2. Afirman lo legítimo que informan, en el caso del Corán afirman todo) y aquello que no ha sido tergiversado de los libros pasados. El Corán reconoce, pues, el origen divino de la Concep judía y el Evangelio cristiano, por ello llama a los cristianos y a los judíos ‘la gente del libro’ (Ahl al-Kitab), pero no reconoce la autenticidad de los textos que actualmente tienen por auténticos los fieles de dichas religiones; afirma que han estado expuestos al tahrif (تحريف) o distorsión por las personas, y como resultado no son cien por ciento confiables. De todas formas, la tradición católica no considera a la Biblia como única fuente de conocimiento, por lo que no entraría en contradicción con el cristianismo si se considera desde este punto de vista.

3. Creen que deben actuar con las reglas y leyes que no han sido abolidas de ellos, y que el Corán abroga a todos los libros excepto en algunas leyes, para los musulmanes. Acerca de los asuntos que no abarca el Corán ni los dichos de Mahoma, como sucesos o datos históricos y no contradicen al islam, no los afirman ni los niegan a priori.

Last call for Hajis - Flickr - Al Jazeera English
Peregrinación anual a La Mecca en Arabia Saudita

El Corán

El Corán es el libro sagrado del islam. Los musulmanes creen que fue revelado a Mahoma por el arcángel Gabriel entre 610 y 632, fecha esta última en la que falleció dicho profeta. Además de su memorización, se dice que los seguidores de Mahoma escribieron el Corán en pergaminos, piedras y hojas. Los musulmanes creen que el texto actual del Corán es idéntico a la revelación recibida por Mahoma. Él, a su vez, lo dictó a sus discípulos, quienes memorizaron sus palabras. Los eruditos actuales afirman que la primera compilación escrita del Corán data de tiempos del tercer califa, 'Uthmān ibn 'Affān, quien gobernó entre 650 y 656.

Existen numerosas tradiciones y diferentes puntos de vista en cuanto al proceso de compilación del Corán. La mayoría de los musulmanes aceptan lo que indican diversos hadices: el primer califa, Abu Bakr, ordenó a Zaid ibn Zabit compilar todos los auténticos versos del Corán, tal como se preservaban en forma escrita o a través de la tradición oral. La compilación realizada por Zaid, conservada por la viuda de Mahoma, Hafsa bint Umar, y que fue utilizada por 'Uthmān, es la base del Corán actual. La versión de 'Uthmān organiza las azoras (capítulos) según su extensión, de forma que las más largas se encuentran al comienzo del Corán y las más cortas al final. Hay teorías que indican que este orden no cronológico de las azoras fue establecido por Dios.

El Corán fue escrito originalmente en escritura hijazi, masq, ma'il y cúfica. En un principio, sin vocales, sólo con consonantes, siguiendo la técnica de escritura vigente hasta entonces en árabe y en otras lenguas semíticas de la Península Arábiga. Para evitar posibles desacuerdos en cuanto al contenido de los versos del Corán, se crearon marcas diacríticas que indicaran las vocales o la ausencia de éstas, el fonema hamza y la prolongación o geminación de consonantes. En cambio, no tiene signos de puntuación, interrogación o exclamación, pues el idioma árabe contaba con partículas (palabras breves) de interrogación y de énfasis.

La forma del Corán más utilizada actualmente es el texto de Al-Azhar de 1123, preparado por un grupo de prestigiosos eruditos de la Universidad Islámica de Al-Azhar de El Cairo.

La mayor parte de los musulmanes veneran el libro del Corán. Lo envuelven en paños limpios y se lavan las manos antes de los rezos o para leerlo. Los ejemplares coránicos en desuso no se destruyen como papel viejo, sino que se queman o se depositan en "tumbas" para el Corán.

Muchos musulmanes memorizan al menos parte del Corán en su idioma original. Aquellos que memorizan totalmente el Corán son conocidos como hāfiz. En la actualidad existen millones de hāfiz en el mundo.

Desde el comienzo del islam, la mayoría de los musulmanes consideran que el Corán es perfecto únicamente en la versión árabe en la que fue revelado. Las traducciones son interpretaciones no infalibles del texto original. Muchas versiones actuales del Corán indican la versión original en árabe en una página y la traducción vernácula en otra.

Profetas

El Corán afirma que Dios mandó un mensajero (profeta) a cada comunidad, llamando adorar únicamente a Dios, y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Él. Cada uno de ellos era veraz, guiado y recto, y obedecieron a Dios en lo que les fue encomendado, ninguno de ellos cambió o alteró su mensaje. Todos ellos eran seres humanos, creaciones de Dios, sin cualidades de divinidad o Señorío, y no pueden responder si se les pide ayuda. El Corán menciona más de 20 profetas, desde Adán hasta Mahoma y llama a Mahoma, «sello de la profecía», creen que Su misión era devolver el mensaje divino a su pureza inicial, como en su momento hizo Jesús de Nazaret o Issah ibn Maryam en árabe (Issah: Jesús, Ibn: ‘hijo’, Mariam: María), a quien Alá en el Corán lo considera como un profeta y no su hijo.

Mahoma

Mahoma (c. 570 - 6 de julio de 632) era un líder religioso, político y militar árabe que fundó la religión del islam como fenómeno histórico. La opinión de los musulmanes no es la del creador de una nueva religión, sino como el restaurador de la original, la fe monoteísta de Adán, Abraham y de otros que se había corrompido. En la tradición musulmana, Mahoma se ve como el último y el más grande de una serie de profetas. Como un hombre muy cercano a la perfección, poseedor de virtudes en todos los campos de la vida, espiritual, político, militar y social. Por 23 años de su vida, comenzando a la edad de 40, Mahoma divulgó la recepción de revelaciones de Dios. El contenido de estas revelaciones, conocido como el Corán, era memorizado y registrado por sus compañeros. Durante este tiempo, Mahoma predicó a la gente de La Meca, implorándola para abandonar el politeísmo. Aunque algunos se convirtieron al islam, Mahoma y sus seguidores fueron perseguidos por las autoridades principales de Meca. Después de 13 años de predicación, Mahoma y los musulmanes realizaron la Hégira ("emigración") a la ciudad de Medina (conocida antes como Yathrib) en 622. Allí, con los convertidos de Medina (Ansar) y los emigrantes de La Meca (Muhayirun), Mahoma estableció su autoridad política y religiosa.
La Sunna, libros que contienen la compilación de la vida de Mahoma, es de gran valor para muchos musulmanes, y la creen indispensable para la interpretación del Corán. Esto es debido a que se tiene registrado dentro de ella que el mismo Mahoma les ordenó a sus compañeros que escribieran todo lo que él decía, y conforme al Corán, toman sus palabras como revelación.
De acuerdo con la tradición, Mahoma era una persona de carácter excelente, bien parecido, iletrado y un profeta para toda la humanidad. Es frecuente entre los devotos la creencia en que el hecho de que Mahoma fuera analfabeto es una señal más de que sólo pudo recibir el Corán por revelación divina, dada la complejidad del libro.

Predestinación

1. Los pilares de la creencia de la predestinación en el islam son cuatro:
2. En que el conocimiento de Dios abarca todas las cosas.
3. En que Dios ha escrito todo en una tabla preservada Al Laûh Al Mahfudh.
4. Todo lo que sucede es porque Dios quiere que suceda y lo que no quiere que suceda es imposible que suceda.
5. La creación de todas las criaturas y seres vivientes son por deseo de Dios, conforme a Él lo sabía en la eternidad y como se escribió en la tabla preservada. Así que toda criatura, su ser y sus actos, son creación de Dios.

Creen que todos los acontecimientos sean buenos o malos, beneficiosos o dañinos, ocurren por la predestinación y el designio de Alá, pero que a la vez el ser humano tiene una facultad de elección, mas esta no es total.

Próxima vida

Creen en una vida después de la muerte y en su tribulación. Ellos creen que el tiempo de Qiyāmah (fin) es predestinado por Dios, pero no fue revelado a los hombres. El juicio y las pruebas precedentes y durante el Qiyāmah son descritos en el Corán y el Hadiz, y también en los comentarios de eruditos islámicos, en la retribución y rendición de cuentas ante Dios. Cada individuo recibirá un libro escrito por los ángeles que incluirá una mención completa de todas las obras que realizó el ser humano en la vida terrena y quien lo reciba en la diestra será de los exitosos y quien lo reciba en la mano izquierda será de los perdedores. Unos en el Paraíso y otros en el Infierno. También señala las Señales que indican la llegada de la Última Hora, afirman que la primera será la llegada del profeta Mahoma y entre las últimas está el retorno del profeta Jesús que romperá las cruces y legislará con el islam.

Resurrección y juicio

La creencia en "El día de Resurrección", yawm al-Qiyāmah (también conocido como yawm ad-dīn, "El día del juicio final" y as-sā`a, "La última hora") es asimismo crucial para los musulmanes. El Corán acentúa la resurrección corporal, una rotura del entendimiento preislámico de muerte. Esto declara que la resurrección será seguida de la reunión de toda la humanidad, culminando en su juicio por Dios.
El Corán hace referencia a varios pecados que pueden condenar a una persona al Jahanam (como la incredulidad, la usura y la falta de honradez). Los musulmanes ven el paraíso, Janah, como un lugar de alegría y dicha, con referencias del Corán que describen sus rasgos y los placeres físicos de dicho lugar. Hay también referencias a una aceptación de mayor júbilo por Dios. Tradiciones místicas en el islam colocan estos placeres divinos en el contexto de una conciencia extática de Dios.

Cinco pilares de la adoración

Los pilares de la adoración del islam son cinco:

1. El testimonio, primer pilar del islam, reza: "No hay dioses, sólo Dios (principio suficiente) y Mahoma es su profeta (el último).

2. La oración o salat, realizada cinco veces al día (del alba, del mediodía, de la media tarde, del crepúsculo y de la noche) orientada hacia la Meca (la Mezquita Sagrada) y la oración comunitaria de los viernes en la Mezquita, presidida por el califato.

3. El azaque, la limosna obligatoria, es una obligación económica imponible sobre bienes privados en beneficio de un grupo específico de personas en un momento determinado. Por ejemplo, en valores monetarios, la cantidad mínima para pagar el azaque es si se posee durante un año 85 g de oro o su valor equivalente en billetes o monedas, y si la persona no la necesita, tiene que pagar el 2,5% de ella a las personas que merecen el azaque.

4. El ayuno en el mes de Ramadán (el noveno según el calendario lunar islámico), el cual consiste en la abstención de ingesta de cualquier índole y el contacto sexual hasta la puesta del sol. Este principio estará dispensado por motivos de salud, edad, embarazo o viaje, debiendo compensarse su no cumplimiento con la ayuda equivalente a un necesitado o el ayuno en otro momento del año.

5. La peregrinación o hajj a la mezquita santa de La Meca (con mayor precisión a la Kaaba, considerada por los creyentes como el primer santuario monoteísta, erigido por Adán mismo y reconstruido por Abraham e Ismael), al menos una vez en la vida, mientras exista la bonanza de medios para ello.

El modo de vida islámico se encuentra basado en una relación personal entre Alá y el creyente, siguiendo la Sharia, en donde la intención será el rasgo fundamental que rija todas las acciones del mismo.

Yihad

La yihad, en árabe, ﺟﻬﺎﺩ yihād: "esfuerzo o lucha" transcripta al inglés o al francés, jihad, es considerada "el sexto pilar de islam" por una minoría de autoridades musulmanas. Yihad en su sentido más amplio, es definido clásicamente como "el poder extremo de alguien, esfuerzos, habilidades, o la capacidad en contienda con un objeto de desaprobación". Dependiendo del objeto que suele ser un enemigo visible, el diablo, y los aspectos cotidianos de uno mismo, las diferentes categorías de la Yihad son definidas: Cuando es usada sin justificación alguna es entendida en su aspecto militar. También se refiere a los esfuerzos de un fiel por lograr la perfección religiosa y moral. Algunas autoridades musulmanas, sobre todo entre el sufismo, distinguen entre la «Yihad mayor», que pertenece a la auto perfección espiritual, y la «Yihad menor», definida como la guerra.

La defensa del islam, de los musulmanes o de sus países frente al enemigo externo puede efectivamente adquirir el carácter de lucha militar o guerra santa, y así se halla en el Corán, donde se anima a combatir contra los infieles si el islam resulta atacado:

“Combate en el camino de Dios a quienes te combaten, pero no seas el agresor. Dios no ama a los agresores. Mátalos donde los encuentres, expúlsalos de donde te expulsaron. La persecución de los creyentes es peor que el homicidio: no los combatas junto a la mezquita sagrada hasta que te hayan combatido en ella. Si te combaten, mátalos: ésa es la recompensa de los infieles. Si dejan de atacarte, Dios será indulgente, misericordioso”. Corán 2:190-192

La ley islámica

La Sharia (literalmente: ‘el camino que conduce al abrevadero’) es la ley islámica formada durante la escolaridad. En el islam, Sharia es la expresión del divino destino «y constituye un sistema de deberes que son encargados a un musulmán en virtud de su creencia religiosa».
Los sabios musulmanes la interpretan como: «Los juicios que Dios determina para que el hombre sea feliz en esta vida y en la próxima»... Y los musulmanes la prefieren sobre cualquier sistema por lo siguiente:

1. Las fuentes de donde se deriva: aseguran que Su origen es el Creador de todo, el Poderoso y Majestuoso, caracterizado por Perfecto, lejano de cualquier defecto, deseo o pasión. En cambio, el hombre es deficiente e imperfecto, ignorante acerca de lo que es mejor para él o que le perjudique; es común que el hombre sea dominado por sus intereses y sus deseos, adelantando el beneficio propio sobre el beneficio general

2. Los propósitos: dicen que busca el mejor estado del hombre, la purificación de su corazón, la tranquilidad de su alma, su sentimiento por actuar, da suma importancia al bien familiar, a su intelecto, honor y propiedades, el establecimiento de una buena relación entre él y su hermano, entre él y su Creador. En cambio, la ley del hombre busca regular las relaciones entre las personas pero omite ciertos aspectos morales y éticos en la vida del hombre; bajo el título de libertad cae en acciones que perjudican a su persona o a la comunidad, como el alcohol y el adulterio.

3. La recompensa: argumentan que la legislación islámica toma en cuenta las acciones interiores como exteriores. En cambio, la ley del hombre no interfiere en casos interiores o preliminares, sino en aquellos que ya se han presentado, como violaciones hacia los demás.

4. La adoración y el efecto: para los musulmanes el legislar con ella es adoración, se recibe recompensa por ello en esta vida y en la otra; el diferenciarla merece el castigo en esta vida por los jueces y sabios de la legislación y en la otra próxima vida por Dios. En cuanto a los otros sistemas, omiten totalmente una recompensa en la próxima vida, el obrar con ellos no es adoración, es simplemente algo mundanal.

5. El establecimiento y la continuidad: ven la ley islámica como perpetua y permanente, lo que es prohibido no puede llegar a ser permitido. En cambio, la ley del hombre es cambiante respecto a las ideologías de las personas en cargo, por el cambio de la sociedad, o por los intereses o deseos del hombre; algo que hoy es permitido, en otro tiempo lo deja de ser y viceversa, es por eso que se presentan diferentes discusiones acerca de lo que es correcto e incorrecto.

Generalización: consideran que es para todos los hombres, tiempos y lugares. Del mismo modo creen que encierra todos los aspectos políticos, económicos, militares, sociales y culturales. En cambio, la del hombre necesita constante renovación.
Por consecuencia, creen que la diferencia entre la Sharîah y los otros sistemas o leyes de los hombres es una diferencia como el Creador y Su Creación.

La ley islámica cubre todos los aspectos de la vida del musulmán. Aquellas leyes islámicas que están expresamente descritas en el Corán se denominan hudud. Incluyen la prohibición del homicidio, relaciones sexuales extramaritales, consumo de alcohol y juegos de azar. El Corán también detalla leyes relacionadas con la herencia, el matrimonio, la compensación en los casos de homicidio o daños físicos, así como reglas para el ayuno, el azaque y la oración. Los preceptos y prohibiciones son interpretados en la práctica por los eruditos en religión o ulemas.

Otros aspectos legales son dirimidos por los takzir o jueces. Se les da el poder de dictar sentencia siempre que se atengan a los principios del Corán y la Sunna ("tradición"). La ley islámica es directamente aplicable cuando la constitución del país involucrado así lo establece, como es el caso de Arabia Saudita o Irán. De otro modo, se aplica la legislación sancionada por el Estado, que, según el caso, puede coincidir en mayor o menor medida con la Shariah.

Sistema político

Algunos eruditos musulmanes dicen que una nación islámica se basa en cuatro pilares:

1. La ley de Alá: es una legislación que caracteriza a la nación islámica y el Corán ordena que se juzgue con ella y de la misma manera reprende a quien no legisle con ella describiéndolo como un impío, perverso o infiel.

2. Ciudadanía: en su origen deben ser musulmanes, pero también pueden ser no musulmanes, quienes se dividen en dos tipos: Ahlu-dimah y musta´minun. Ahlu-dimah son los judíos y cristianos que hacen un acuerdo con el gobierno para que sea protegida su religión y sus bienes; entre sus obligaciones está el pagar la "yizia" sustitutiva del azaque, no vender cosas prohibidas en el islam y no prohibir que si alguien de sus familiares quisiera convertirse al islam lo haga. Ibn Qayyim dice que musta´minun son de cuatro tipos: mensajeros, comerciantes, arrendatarios y turistas o quienes tienen alguna necesidad en la nación; no tienen la obligación de pagar la "yizia" debido a que residen en el territorio sólo por un tiempo determinado.

3. Territorio: es donde vive la ciudadanía y ejerce las regulaciones de la nación; los alfaquíes dividen los territorios en dos: territorio islámico y territorio no islámico. El territorio islámico es de tres tipos: los lugares sagrados como La Meca y Medina, la península arábiga y los que sean fuera de estos dos, a cada uno le corresponden juicios específicos.

4. Autoridad: la autoridad en el territorio islámico después de la muerte de Mahoma es nombrada como califa, emir o imán; el Corán encomienda que se les obedezca, siempre y cuando no contradigan las leyes del islam. La forma en que son elegidos son tres: por consulta o elecciones entre los eruditos de la ley, si el emir elige a su sucesor, o a través de un golpe de Estado. La autoridad político-religiosa máxima en el islam es el califa, elegido entre los creyentes.

En segundo lugar se sitúan los emires o príncipes, y a continuación le siguen el jeque, el alcalde y el imán. El islam no tiene sacerdotes, sino guías religiosos llamados imanes (ár. imam -religión-), que generalmente son nombrados por la propia comunidad. Existe de todos modos una serie de sabios, los ulama, y alfaquíes, que tienen el mismo tipo de autoridad social y religiosa que el clero en otras religiones.
El islam está abierto a todos sin importar la raza, edad, creencias previas o sexo. Es suficiente ser creyente en los principios fundamentales del islam. Esto se realiza atestiguando la unicidad de Dios y la aceptación de Mahoma como profeta de Dios, recitando la shahada (testificación), lo cual debe hacerse sin coacción y sinceramente, estando presentes otros musulmanes.

Sistema económico

Economistas islámicos presentan las siguientes particularidades de su sistema económico:

1. El sistema económico islámico forma parte de la religión: tiene una relación completa con la creencia y la sharia, de la creencia se deriva lo siguiente:
“La actividad económica en el islam es adoración: el trabajo con una buena intención y ejecutado acuerdo a lo permitido en las leyes es considerado como adoración”, dijo Mahoma a sus compañeros al ser preguntado por un hombre trabajando: “Si sale a esforzarse por su niño, está en el camino de Dios; si sale a esforzarse por sus padres ancianos, está en el camino de Dios; si sale a esforzarse para sí mismo y no tiene que pedirle a los demás, está en el camino de Dios, pero si sale a esforzarse por presunción y orgullo, está en el camino de Satán”. (Sahih At-Targuib wa Tarhib, Al-Albani)

Consciencia del conocimiento de Dios: dicen que si el gobernante y los ministros están conscientes de que Dios conoce lo que hacen en secreto, y que serán juzgados en un Juicio Final, esto evita la corrupción, el robo, engaño y deficiencia del trabajo, ya que aunque no sean supervisados todo el tiempo por sus jefes, sí están conscientes de que Dios ve todo lo que hacen. De igual manera, el vendedor si fuera creyente no engañaría a sus compradores y viceversa.

Alejarse de lo prohibido: todo creyente se apartaría de las cosas que se prohíben en la legislación, por lo tanto no gastaría cantidades grandes en cosas prohibidas dentro del islam, como las drogas, el alcohol, la pornografía, las apuestas y cosas nocivas para la sociedad, como la usura. Así, también se reprime la avaricia.

Gastar los bienes conforme a Dios lo legisla: En el islam el dinero y los bienes pueden ser bendición o discordia; dicen que el dinero no debe ser el objetivo principal del hombre, sino que deben de tenerlo en la mano, más no en el corazón, así como reconocer que Dios ha ordenado que el dinero debe de ser gastado en asuntos benéficos, y deben reconocer que todo lo que tienen no es solamente por su propio esfuerzo, sino que Dios quiso que así fuera. Dijo Mahoma: “El sirviente de Alá permanecerá de pie en el Día de la Resurrección hasta que se le hagan cuatro preguntas: por su vida y a qué la dedicó, por su juventud y cómo la usó, por sus propiedades, la forma de adquirirlas y el manejo que hizo de las mismas y por su conocimiento y por cómo lo utilizó”. (Iqtidah Al-´ilm wa Al-´amal, Al-Albani).

2. Equilibrio en el cuidado del bienestar individual y general: dicen que es un sistema intermedio entre el socialismo y el capitalismo, se respeta el esfuerzo y trabajo individual, pero cuando hay un choque entre el bienestar general y el bienestar común y no hay forma de salir de un perjuicio, se adelanta el bien general sobre el individual, remunerando al individuo conforme a su perjuicio.

3. Equilibrio entre lo espiritual y lo mundanal: invita a que el hombre trabaje y produzca en esta vida, como también al mismo tiempo lo llama a buscar la otra vida, dice el Corán:
“¡Busca en lo que Alá te ha dado la morada postrera, pero no olvides la parte que de la vida de acá te toca! ¡Sé bueno, como Alá lo es contigo! ¡No busques corromper en la Tierra, que Alá no ama a los corruptores! (Corán 28:77)

Si un hombre es rico puede ser el mejor musulmán al igual que el pobre, lo único que los distingue es su obediencia a Dios.

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La sociedad en el islam

En el islam cada miembro de la sociedad tiene un conjunto de derechos y deberes. A todo ser humano que acepta esta religión se le exige que oriente su vida de acuerdo con estas reglas.

De una manera general, la ley del islam impone cuatro clases de derechos y deberes en el hombre:

1. Los deberes hacia Dios, que todo hombre está obligado a cumplir.
El Corán incita a que el hombre reflexione y esté en constante recuerdo de Dios, obedezca sus mandatos, acepte la voluntad y el decreto divino, se arrepienta constantemente y sepa que su función en esta Tierra es adorar a un solo Dios y complacerlo, dijo Mahoma: “Quien quiera que busque la complacencia de Alá a pesar de disgustar a la gente, Alá se ocupará de él y lo protegerá. Pero quienquiera que busque la complacencia de la gente sin preocuparse de la ira de Alá, Alá lo abandonará al cuidado de la gente”. (At-Tirmidhi con cadena de transmisión auténtica).

2. Los deberes del hombre con respecto a sí mismo.
El Corán especifica que Dios no cambia la situación de un pueblo o una sociedad hasta que los individuos de ésta cambian lo que hay en sí mismos, respecto al cuerpo, mente y alma:
Cuerpo: está reprendido el comer con inmoderación, la mala apariencia, Mahoma dijo que un creyente fuerte es más amado por Alá que un creyente débil, el baño corporal es obligatorio al asistir a las oraciones de los viernes, así como el uso de perfume, cortarse las uñas, afeitarse el pubis y depilarse las axilas.
Mente: Mahoma dijo que la búsqueda del conocimiento es un deber para todo musulmán, y dicen los eruditos musulmanes que en el Corán no hay otra súplica en la que se le instruye a Mahoma que pida el acrecimiento de algo, sino en el conocimiento.
Alma: el Corán encomienda purificar el alma a través de las adoraciones y buenas obras y juntarse con quienes le invitan al bien.

3. Los derechos de los demás con él.

Los derechos con las terceras personas se clasifican en:

La familia

Sostener los vínculos de parentesco es uno de los mayores principios del islam y uno de los rasgos característicos del Derecho islámico.

Los padres

En numerosas aleyas del Corán la orden de complacer a los padres está ligado después de la complacencia a Dios, Mahoma encomendó ser bondadoso con ellos aunque profesen una religión diferente, y la madre debe ser la primera persona en grado de importancia para el musulmán, debe de tratar bien a los amigos de sus padres y pedir por ellos ya después de su fallecimiento. Desobedecerlos es uno de los pecados mayores. Inclusive antes de partir al Yihad tiene que gozar de su autorización.

El matrimonio

En el Corán se describe que la vida matrimonial debe ser de la siguiente manera:
“Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona”. (Corán 30:21)

Obligaciones del marido respecto a su esposa: es obligatorio que el hombre mantenga a su esposa y a sus hijos, proporcionando alimento, vestido y vivienda; es su protector y debe darle buen trato, dijo Mahoma: “El creyente que tiene la fe más completa es aquel que se comporta bien, y el mejor de entre vosotros es quien mejor trata a su esposa”. (Hadiz transmitido por At-Tirmidhi (#1162) quien lo clasificó como auténtico).

De la misma manera, la mayoría de los eruditos y entre ellos Ibn Hazm dicen que la mujer tiene derecho a tener relaciones con su marido por lo menos una vez cada menstruación.

Obligaciones de la esposa respecto a su marido: Según la tradición islámica dijo Mahoma que el mejor consuelo en este mundo es una mujer piadosa, por lo tanto debe mostrar respeto y obediencia siempre que no sea pecado; no le está permitido admitir la entrada en la casa a alguien que desagrade a su marido, obedecer a alguien en contra de éste y acudir a su lecho cuando éste la requiera.

Los hijos: su primer derecho es que antes de nacer se haya escogido un buen padre o madre para él, tener un buen nombre, si es niña; no ser preferido el varón sobre ella por el padre, tenerles misericordia y no imprecar contra ellos, si se les da un obsequio, hacerlo equitativamente y no preferir a ninguno sobre los demás; Mahoma instruyó a que se les enseñara la natación, el tiro de arco y el montar a caballo.

Comunidad y sociedad

¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre, Adán, y una mujer, Eva, y de su descendencia os congregamos en pueblos y tribus para que os reconozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Allah es el más piadoso. Ciertamente Allah es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis. (Corán 49:13).

Los vecinos: el Corán prescribe continuamente tratar bien a los vecinos parientes y no parientes, está prohibido incomodarlos o perjudicarlos, está prohibido comer hasta saciarse mientras el vecino tiene hambre, y Mahoma dijo que aquél cuyo vecino no esté a salvo de su maldad no entrará al Paraíso.

4. Los derechos de los recursos que Dios ha puesto a su disposición y que le ha autorizado para su bienestar.

Etiqueta y dieta

Muchas prácticas comprenden la categoría de adab islámico o de etiqueta. Esto incluye entre otros el saludo "salamu` alaykum" ("la paz sea con vosotros"), diciendo "bismilah" ("en el nombre de Alá"), antes de las comidas, y usan sólo la mano derecha para comer y beber. Las prácticas de higiene islámicas principalmente en la categoría de aseo personal y de la salud, como la circuncisión de los varones descendientes. Los rituales islámicos de entierro incluyen el salat al-Janazah ("la oración fúnebre"), ya que bañan y envuelven el cadáver en un manto blanco y posteriormente lo colocan en la tumba. Los musulmanes, como los judíos, están restringidos en su dieta, y los alimentos prohibidos incluyen productos de cerdo, sangre, carroña y el alcohol. Toda la carne debe proceder de animales herbívoros sacrificados en el nombre de Dios por un musulmán, judío o cristiano, con la excepción del juego que uno tiene de caza o de pesca para uno mismo. La alimentación permisible para los musulmanes se conoce como alimentos halal.

Indumentaria islámica

Para los seguidores del islam, el puritanismo en la indumentaria es considerado como una orden de Alá, según establece su libro sagrado, el Corán, en el cual, Mahoma estableció lo que está permitido usar o no para los musulmanes, y aquello que es recomendable y lo que no lo es. Tanto el hombre como la mujer no deben vestir ropas demasiado justas ni provocativas a la vista de los demás, cuando se está frente a personas ajenas a su familia, a excepción de sus parejas.

Está plenamente prohibido que el hombre vista como mujer y viceversa.

Una de las consecuencias más polémicas de la moralidad de esta fe es la consideración en el islam del uso prescriptivo de una serie de prendas femeninas, que a veces son rechazadas en los territorios no islámicos para los no musulmanes, como es el caso del velo o el burka.

Algunos defensores del islam responden a esta acusación argumentando que el islam mira a las mujeres como si fueran joyas. Afirman buscar su protección de los ojos lujuriosos y de los corazones perversos como es el caso de los violadores, ya que el islam evita los medios que lleven a un perjuicio grave para la sociedad, reduciendo con esto el número de adulterios, la fornicación y las violaciones. Estos argumentos pueden resultar ofensivos para los habitantes de países donde hay minorías islámicas, ya que dicen que esto va en contra de los derechos de la mujer. Basándose en su moral religiosa, establecen taxativamente que si cualquier hombre desea a una mujer, no tiene otro recurso sino el matrimonio; por ello es el único lazo que hace lícita la unión del hombre con la mujer y permite todo aquello que antes era prohibido, puesto que para el islam el matrimonio es la única vía para que la mujer y el hombre puedan gozar uno del otro.

Imanes

Un imán, en árabe إمام, es, en términos generales, la persona que dirige la oración colectiva en el islam.
La palabra imām (adaptada al castellano como imán) en el islam significa más o menos literalmente "el que está delante"; por la etimología, equivale aproximadamente a presidente (prae sidente: ‘el que se sienta delante’), aunque nunca se traduce así.
Se suele pensar que los imanes son el equivalente musulmán de los curas o los rabinos. Sin embargo, no es así: El islam carece de clero, y un imán, en principio, puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo. Se sitúa delante de los demás fieles en las mezquitas y sirve de guía para realizar el ritual de oración, aunque no es obligatorio seguirle. A menudo se afirma que cada musulmán puede ser su propio imán, con tal de que sepa rezar correctamente, y que el cargo de imán existe sólo mientras dura la oración.

Aunque técnicamente es así, en la práctica se da cierta profesionalización. Hay personas que siguen estudios específicos para dedicarse a esta tarea. La elección de un imán recae en principio en la propia comunidad que le va a seguir, aunque con frecuencia los poderes estatales u otros intentan intervenir en el nombramiento de imanes para mantener las mezquitas bajo control, sobre todo desde que se asiste a un auge del islamismo. A pesar de todo, el sistema posee una gran descentralización en comparación con el de las iglesias o el del judaísmo, dado que, desde un punto de vista estrictamente religioso (la política ya es otra cuestión), no existe ninguna instancia superior que deba ratificar la formación de una comunidad.

El imanato chií

Entre los chiíes, el término imán, aparte de referirse al guía de una comunidad, es el título que ostentaban los jefes supremos de toda la comunidad chií (el equivalente al califa suní), cargo hereditario cuyo último representante, Muhammad al Mahdi, según la tradición, "desapareció" en el año 873 d. C. y vive desde entonces oculto (el mahdi o imán oculto), rigiendo desde la sombra los destinos de la comunidad (creencia sostenida por la mayor parte de los chiíes, denominados imamíes).

Historia del islam

Arabia preislámica

Arabia antes de Mahoma estaba escasamente poblada por habitantes de habla árabe. Algunos eran beduinos, pastores nómadas organizados por tribus. Algunos eran agricultores, que vivían en oasis en el norte, o en las áreas más fértiles y densas en el sur (en lo que se conoce ahora como Yemen y Omán). En ese tiempo, la mayoría de los árabes eran seguidores de las religiones politeístas, aunque unas pocas tribus seguían el judaísmo, el cristianismo (incluido el nestorianismo) o zoroastrianismo. La ciudad de La Meca era un centro religioso para algunos politeístas árabes norteños, ya que contenía el muro sagrado del Zamzam y un pequeño templo, la Kaaba.

Auge del califato (632–750)

La historia del islam comienza en la Arabia en el siglo VII con la predicación del profeta Mahoma, seguida de la violenta conquista de los mayores Estados de la época: El imperio persa sasánida, buena parte del Imperio romano y el reino visigodo.

La primera fecha absoluta en la historia del Islam es el año 622, cuando Mahoma se trasladó con sus seguidores de la Meca a Medina. En esa época ya era muy crítico con el paganismo existente entre los habitantes de la Meca, y su doctrina de la unidad de Dios y sus críticas a la idolatría le crearon muchos enemigos allí. Los habitantes de Medina, por el contrario, lo recibieron con gusto como árbitro de sus disputas internas y estaban dispuestos a aceptar sus implicaciones religiosas siempre y cuando estuvieran de acuerdo con sus necesidades sociales y políticas. La migración de la Meca a Medina se conoce como la Hégira y los musulmanes comienzan a fechar su nueva era a partir de ella. En Medina fueron recibiendo cada vez más ayuda y se adhirieron otros grupos árabes, a los que Mahoma autorizo para atacar las caravanas de la Meca. Por ultimo en el año 630. La Meca cayó en su poder y sus ídolos fueron destruidos. En el centro de la mezquita de la Meca estaba la Ka´ba o kaabar (casa de Dios), una estructura en forma de cubo que fue purificada y dedicada a Dios. El profeta murió dos años después. A Mahoma le sucedió su amigo devoto Abú Bakr, que se convirtió así en el primer califa de los musulmanes. Al cabo de dos años cayó enfermo y murió y fue sucedido por Umar, que capturó para el Islam amplias zonas de los imperios romano, persa y todo Egipto. Fue asesinado por un esclavo persa, tras lo cual un comité formado por seis miembros de la tribu quarasi debatió sobre quien debería ser el sucesor: Uthman ibn Affan, otro de los primeros seguidores de Mahoma. Bajo Uthman, el Nuevo califato se vio sumido en una guerra civil a la que se le llamó la Fitna, o desorden. Muchos de los familiares y primeros seguidores de Mahoma estaban descontentos con Uthman, porque sentían que estaba favoreciendo indebidamente a sus parientes y actuando menos como un líder religioso y más parecido a un rey. Soldados rebeldes mataron a Uthman y ofrecieron el liderazgo a Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno de Mahoma. Muchos musulmanes (en particular quienes tenían sus propios candidatos al califato) rechazaron aceptar a Ali como líder, por lo que éste pasó su breve califato luchando contra las facciones disidentes y los parientes de Uthman, los Omeyas. Ali murió a manos de un asesino jariyí, y los Omeyas reclamaron el califato. Ellos lograron retener el liderazgo de la mayoría de los musulmanes por varias generaciones, pero salvo por un breve período, nunca volvieron a gobernar sobre un imperio islámico no dividido. La fe islámica divergió también, separándose en las principales de la actualidad: los Suníes y los Chiíes.

En la historia del islam existen diversas dinastías que se disputaron los califatos o el liderazgo del islam y muchos Estados islámicos que ofrecían una mínima o ninguna obediencia al califa.

No obstante, el imperio de los califas abbasíes y el de los turcos selyuquíes se contaban entre los más poderosos de su época. Después de la desastrosa derrota de los bizantinos en la batalla de Manzikert en 1071, la Europa cristiana llevó a cabo diversas Cruzadas. Tras la Primera Cruzada, los occidentales lograron capturar y gobernar por algún tiempo Jerusalén. Saladino, sin embargo, restableció la unidad islámica en el Oriente Próximo y derrotó a los chiíes fatimíes.

Entre los siglos XIV y el XVII, uno de los más poderosos imperios fue el Imperio de Malí, cuya capital era Tombuctú. Sin embargo, esta cultura estuvo profundamente pautada por la árabe (incluso en el idioma), no siendo realmente original.

En el siglo XVIII, hubo tres grandes imperios musulmanes: el otomano en Turquía, Oriente Próximo y Mediterráneo; el safaví en Irán y el mogol en la India. En el siglo XIX, estos imperios habían caído bajo la dominación del poder político y económico de Europa. Después de la Primera Guerra Mundial, el remanente del Imperio otomano fue dividido en protectorados o esferas de influencia europeas. El islam y el poder político del islam han experimentado un resurgimiento en el siglo XX, en buena medida gracias al petróleo. Sin embargo, las relaciones entre Occidente y cierto número de Estados de mayoría musulmana siguen siendo precarias cuando no tensas.

Tiempos modernos (1918-presente)

Luego de las pérdidas posteriores a la primera guerra mundial, los restos del Imperio otomano son esparcidos con los protectorados europeos. Desde entonces la mayoría de las sociedades musulmanas se han convertido en naciones independientes, y han adquirido prominencia nuevos temas, como la riqueza petrolera y las relaciones con el Estado de Israel.

El islam contemporáneo

Si bien el más famoso movimiento del islam en tiempos recientes ha sido el fundamentalismo islámico, existen diversas corrientes liberales que ven como alternativa el alinear al islam con los tiempos contemporáneos.

Este movimiento no está dirigido a cuestionar los fundamentos del islam, sino que trata de aclarar malas interpretaciones o abrir paso a la renovación del islam como un centro moderno de pensamiento y libertad.

La población musulmana actual

Para el año 2005 el islam era la segunda religión con más seguidores en el mundo, un 19,9% de la población mundial. Es asimismo la religión que está creciendo más rápidamente, hecho atribuible principalmente al mayor crecimiento demográfico en los países musulmanes, así como a las conversiones al islam como religión monoteísta.
La población musulmana se estima que excede los 1.200 millones de personas. Solamente el 18% de los musulmanes son étnicamente árabes; otro 20% se encuentra en la región del sur del Sahara en África, y el 30% en el subcontinente indio (sumando los fieles de Pakistán, Bangladesh y la India). El país con la población de musulmanes más grande del mundo es Indonesia, con casi 200 millones de fieles. También hay importantes grupos musulmanes en China, Europa, Asia Central y Rusia.
En Europa, Austria fue el primer país en reconocer el islam como una de sus religiones oficiales, mientras que Francia es el país europeo con mayor población de musulmanes: 6 millones, que representan un 10% de su población total.

El islam en Latinoamérica y España

Se dice que esclavos que llegaron a América con los conquistadores españoles introdujeron el islam en esta región, se establecieron en países como Brasil, Venezuela, Panamá y Colombia.

En España hay alrededor de un millón de musulmanes, mientras que la comunidad más grande de musulmanes en Latinoamérica se encuentra en Brasil. En Argentina está localizado el Centro Islámico Rey Fahd que es el más grande de Suramérica. En Colombia la Mezquita de Omar Ibn Al-Jattab en Maicao, La Guajira; en Caracas existe la mezquita Ibrahim, en México la mezquita Dar as Salam, cerca de la ciudad de México y en el caso de Chile, la mezquita As-Salam en Santiago, la mezquita Mohhamed VI en Coquimbo y la mezquita Bilal en Iquique.

Lugares Santos

Los lugares santos del islam son tres: las ciudades de La Meca y Medina, así como la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén.

Símbolos del islam

Erróneamente se piensa que el verde es el color del islam, pero esto no es cierto; más adelante se explicará el origen de esta confusión. Creen que la adoración a símbolos u objetos materiales va en contra del monoteísmo. Mucha gente piensa que la estrella y la luna creciente simbolizan el islam, pero esto tampoco es cierto. Eran, simplemente, el símbolo del Imperio otomano y no del islam. El color verde también se asocia frecuentemente con el islam por costumbre, sin que tenga significado religioso alguno. Sin embargo, los musulmanes a menudo usan azoras caligrafiadas para decorar las mezquitas o sus casas propias.

El panarabismo tradicionalmente ha utilizado el rojo, el blanco, el verde y el negro en las banderas de diversos países de población mayoritariamente musulmana, por lo que dichos colores a veces se confunden con los colores del islam. Estos colores pueden observarse en las banderas de Yemen, Egipto, Sudán, Irak, Siria, Sahara Occidental y Palestina. El color rojo simboliza la sangre de los mártires y también fue el color de la dinastía Hachemí. El color blanco fue empleado por la Dinastía de los Omeyas y el verde por el Califato Fatimí. El negro fue el color del Califato Abbasí. Su único símbolo, usado en guerras, es la media luna.

Calendario islámico

El calendario islámico comienza con la Hégira, es decir, la emigración de Mahoma de La Meca a Medina. Ese año equivale al 622 del calendario gregoriano. Los años del calendario lunisolar pueden tener 354 ó 355 días. Por eso, para establecer un año islámico, no basta con restar 622 años al calendario gregoriano.
Los días festivos islámicos, basados en el calendario lunisolar, se celebrarían en distintas fechas cada año si los lleváramos al calendario gregoriano.

Festividades

Los musulmanes tienen dos festividades: Eid al-Fitr, en árabe: عيد الفطر, ‘banquete de caridad’ y Eid al-Adha, en árabe: عيد الأضحى, ‘celebración del sacrificio’, otros agregan el día viernes.
Eid al-Fitr: significa el fin del Ramadán. La noche anterior al primer día de esta fiesta también se considera particularmente auspiciosa. Por la mañana temprano, la comunidad en conjunto realiza diferentes oraciones y celebra un desayuno que marca el fin del ayuno del mes más importante para el mundo musulmán.

Eid al Adha: es representada por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal, comúnmente una vaca o un cordero, como una acción de gratitud para Dios por salvar la vida del hijo del profeta Abraham. Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor su sumisión a Dios que Abraham, en árabe: إبراهيم Ibrahim, quien estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo como prueba de su lealtad a Dios.

Estas dos festividades las celebran los creyentes visitando los hogares y comiendo los platos especiales cocinados para esta ocasión. Todos se sientan juntos. Por tradición los niños reciben regalos, las gratificaciones y los dulces entregados por sus seres queridos como símbolo de amor. La forma de desear una feliz fiesta es pronunciando las palabras: ¡Eid Mubarak!

Caligrafía

La caligrafía árabe está asociada con el arte geométrico islámico del arabesco en las paredes y también en los techos de las mezquitas, así como en los textos escritos. Muchos artistas contemporáneos en el mundo islámico dibujan basándose en la herencia de la caligrafía árabe para utilizar inscripciones y abstracciones caligráficas en su trabajo.
La caligrafía ha comenzado a ser la más venerada forma de arte islámico porque constituye un enlace entre la lengua de los musulmanes y su religión. El libro sagrado del islam, el Corán, ha jugado un rol muy importante en el desarrollo y evolución de la lengua árabe, y por extensión, en la forma de escribir el alfabeto árabe, es decir, en su caligrafía. Proverbios y amplios pasajes del Corán siguen siendo fuentes activas para la caligrafía islámica.

Denominaciones: Escuelas y ramas del islam

En el islam hay diferentes denominaciones religiosas que son esencialmente similares en la creencia, pero tienen diferencias teológicas y legales importantes. Las mayores ramas del islam son los suníes (o sunitas) y los chiíes (o shiitas). El sufismo no es una rama, sino una derivación esotérica del islam. Distintas cofradías y órdenes practican esta versión del islam. El sufismo, si bien está asociado al islam como mística, es una corriente considerada anterior al islam, y que de algún modo entroncó con éste.

Suníes

Cerca del 90% de los musulmanes son suníes (sólo son minoría frente a los chiíes duodecimanos en Irán, Irak y Líbano). Creen que Mahoma fue un profeta, un ser humano ejemplar y que deben imitar sus palabras y actos en la forma más exacta posible, pues el Corán indica que el profeta Mahoma es un buen ejemplo a seguir. Los hadices describen sus palabras y actos, constituyendo el principal pilar de la doctrina suní.

Chiíes

Los musulmanes chiíes, la segunda rama mayor del islam, difieren de los suníes en que rechazan la legitimidad de los tres primeros califas. Siguen los preceptos de hadices diferentes a los de los suníes y tienen sus propias tradiciones legales. Los eruditos chiíes tienen mayor autoridad que los suníes y mayor amplitud para la interpretación del Corán y de los hadices. Los imanes desempeñan un papel fundamental en la doctrina chií. La principal vertiente chií es la escuela ya`farí (llamada así en honor de su fundador, Ya`far as-Sadiq) o escuela chií duodecimana, cuyo nombre deriva de los doce imames o líderes infalibles que reconocen después del fallecimiento de Mahoma. Las principales comunidades chiíes duodecimanas están en Irán, Irak, Bahrain y El Líbano.

En sentido no estricto, se denomina también chiíes a sectas tales como las del grupo ismailí, entre ellas los seguidores del Aga Jan, localizados principalmente en el Subcontinente Indio, los alawitas de Siria, los zaídes del Yemen, etc.

Sufismo

El sufismo es una práctica que tiene seguidores entre los suníes y los chiíes. Según la mayoría de los autores suníes, es el camino de la práctica del tercer aspecto del islam, el ihsan o perfección espiritual. Por otro lado, puede decirse que su objetivo es el esfuerzo por adquirir las características del siervo o ser humano perfecto (insan al-kamil o abd al-kulli). Enfatizan varios aspectos espirituales, como el perfeccionamiento de la fe, el estado de rememoración divina continuo (dhikr), la purificación del ego (nafs) a través de determinadas prácticas espirituales. La mayoría de sus seguidores se organizan en cofradías (tariqa en árabe) sufíes. No obstante, hay algunas de ellas que no pueden incluirse dentro de esas dos ramas, como es la bektashi u otras, como las de aparición en Europa y América, que pertenecen a movimientos new age.
El sufismo está presente en el mundo islámico desde su Occidente, en países como Senegal, hasta su Oriente, como por ejemplo Indonesia, así como en países europeos o americanos.

Jariyismo

Los jariyíes o jariyitas, en árabe خارجي plural خوارج, jāriyī, plural jawāriy, son la tercera rama principal del islam, junto a la de los chiíes y los suníes.

La palabra jariyí significa "el que se sale", en referencia a la deserción que protagonizaron en el año 657 cuando abandonaron el bando de Ali Ibn Abi Talib al aceptar éste en el campo de batalla de Siffín un arbitraje entre él y su adversario, el omeya Muawiya.

A diferencia de los suníes, que consideraban que el califa debía ser un árabe miembro de la tribu de Quraish, y de los chiíes, que consideraban que debía ser Ali o un descendiente directo suyo, los jariyíes pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al más digno "aunque sea un esclavo negro".
Hoy en día, continuada tan sólo por los ibadíes de Omán y prácticamente extinta en el resto del mundo islámico.



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Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Islam
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