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Adoración del aire

El elemento aire, junto con el fuego, la tierra y el agua, es uno de los cuatro elementos de las cosmogonías tradicionales en Occidente y está presente en todas las religiones y sus rituales, en la filosofía esotérica, en la alquimia y en la astrología. Se considera activo y masculino, al igual que el elemento fuego, frente la tierra y agua, pasivos y femeninos.
En la civilización humana, el viento ha inspirado la mitología, ha afectado a los acontecimientos históricos, ha extendido el alcance del transporte y la guerra, y ha proporcionado una fuente de energía para el trabajo mecánico, la electricidad y el ocio. El viento ha impulsado los viajes de los veleros a través de los océanos de la Tierra. Los globos aerostáticos utilizan el viento para viajes cortos, y el vuelo con motor lo utilizan para generar sustentación y reducir el consumo de combustible. Las zonas con turbulencia del viento provocado por varios fenómenos meteorológicos pueden provocar situaciones peligrosas para las aeronaves. Cuando los vientos son fuertes, los árboles y las estructuras creadas por los seres humanos pueden llegar a resultar dañados o destruidos.

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Origen cosmogónico y simbolismo general

Algunas cosmogonías proponen al fuego como origen de todas las cosas pero es más generalizada la creencia de que fue el aire el elemento de partida. Su concentración produce ignición de la que derivan todas las formas de vida.

El aire se relaciona esencialmente con tres factores: el hálito vital creador (simbolizado en la palabra), el viento de la tempestad, que muchas mitologías vinculan a la idea de creación; y, tercero, el espacio, como ámbito de movimiento y de producción de procesos vitales.

En el simbolismo elemental se asocian al aire: la luz, el vuelo, la ligereza, el perfume, el olor. El francés Gastón Bachelard, citando a Nietzsche reescribía que "el aire es una especie de materia superada, adelgazada, como la materia misma de nuestra libertad".

Salida San Rafael
San Rafael, patrono de Hellín saliendo de su ermita.

El aire en la iconografía cristiana

Tomando algunos aspectos iconográficos de la Cábala, el cristianismo identifica el elemento aire con el arcángel Rafael y el evangelista San Mateo (con su animal simbólico de aire: el alado).

Tower of the Winds frieze detail
Detalle del friso en la Torre de los Vientos. Se muestran los Boreas griego dioses del viento (viento del norte, a la izquierda) y Skiron (viento hacia el noroeste, a la derecha).

Dioses del viento griegos

En la mitología griega, los Anemoi (en griego antiguo Άνεμοι, "vientos") eran dioses del viento, que se correspondían con los puntos cardinales desde los que venían sus respectivos vientos y que estaban relacionados con las distintas estaciones y estados meteorológicos. A veces eran representados como simples ráfagas de viento y otras se les personificaba como hombres alados, e incluso en ocasiones tomaban la forma de caballos encerrados en los establos de su señor y gobernante, Eolo, que reside en isla de Eolia, si bien también los demás dioses, especialmente Zeus, ejercen poder sobre ellos. Según Hesíodo los vientos beneficiosos Noto, Bóreas, Argestes y Céfiro eran hijos de Astreo y Eos, y los destructivos lo eran de Tifón.

Homero ya menciona a los cuatro vientos principales. Bóreas, el viento del norte que traía el frío aire invernal (su equivalente latino es Aquilo o Septentrio); Noto, el viento del sur que traía las tormentas de finales del verano y del otoño (su equivalente latino es Auster); Céfiro, el viento del oeste que traía las suaves brisas de la primavera y principios del verano (en latín, Favonio); y Euro, el viento del Este (para los romanos, Subsolanus), que no estaba asociado con ninguna de las tres estaciones griegas y es el único de estos cuatro que no se menciona en la Teogonía de Hesíodo ni en los himnos órficos. Bóreas y Céfiro suelen ser mencionados juntos en Homero, al igual que Euro y Noto.

Posteriormente los escritores, especialmente los filosóficos, se esforzaron en definir los vientos con mayor precisión, según sus lugares en la brújula. Así Aristóteles, además de los cuatro vientos principales (Bóreas o Aparctias, Euro, Noto y Céfiro), menciona tres Meses, Cecias y Apeliotes entre Bóreas y Euro, sitúa entre Euro y Noto a Fenicias, entre Noto y Céfiro sólo incluye a Libis, y entre Céfiro y Bóreas sitúa a Argestes (Olimpias o Escirón) y Trascias. Debe también ser observado que según Aristóteles, el Euro no corresponde al este sino al sureste.

Las deidades equivalentes a los Anemoi en la mitología romana eran los Venti (en latín "vientos"). Estos dioses tenían nombres diferentes, pero por lo demás eran muy similares a sus equivalentes griegos, tomando prestados sus atributos y siendo frecuentemente mezclados con ellos.

Mitos

En la Odisea, Eolo proveyó a Odiseo de un odre en el que se encontraban metidos los Anemoi.

Cuando la pira funeraria de Patroclo no pudo ser prendida, Aquiles prometió hacer sacrificios a los vientos y así Iris se apresuró a buscarlos, hallándolos dándose un festín en el palacio de Céfiro en Tracia. Bóreas y Céfiro, a instancias de Iris, cruzaron inmediatamente el mar tracio hasta Asia, haciendo que el fuego ardiera.

Vientos principales
Sculpture Boreus in Tsarskoe Selo
Escultura "Boreus" en el parque de Catherine de Tsárskoye Selo, San Petersburgo.

Viento del norte

Bóreas (en griego Βορέας, "viento del norte" o "devorador") era, en la mitología griega, el dios del frío viento del Norte que traía el invierno. Bóreas era muy fuerte y tenía un violento carácter. A menudo era representado como un anciano alado con barbas y cabellos desgreñados, llevando una caracola y vistiendo una túnica de nubes.

HistoireDesMétéores - p153-2
Notus.

Viento del sur

Noto o Austros (en griego antiguo Νότος Nótos) era el dios del viento del sur. Estaba asociado con el desecador viento caliente de la salida de Sirio tras el solsticio de verano y se creía que traía las tormentas del final del verano y del otoño, por lo que era temido como destructor de las cosechas.

Su equivalente en la mitología romana era Austro, la personificación del siroco, que traía densas nubes y niebla o humedad.

Viento del este

Euro (en griego antiguo Εύρος Eúros) era la deidad que representaba al funesto viento del este. Se creía que traía calor y lluvia, y su símbolo era una vasija invertida derramando agua.

Su equivalente en la mitología romana era Vulturno, un dios río tribal que más tarde pasaría a ser la deidad romana del río Tíber.

HistoireDesMétéores - p170
Zéphyros.

Viento del oeste

En la mitología griega, Céfiro (en griego Ζέφυρος Zéphyros) era el dios del viento del oeste, hijo de Astreo y de Eos. Céfiro era el más suave de todos y se le conocía como el viento fructificador, mensajero de la primavera. Se creía que vivía en una cueva de Tracia.

En diferentes historias se narraba que Céfiro tenía varias esposas. En una ocasión se representa como el marido de Iris, la diosa del arco iris con quien tuvieron a Poto. Raptó a otra de sus hermanas, la diosa Cloris, a la que dio el dominio de las flores. Con Cloris fue padre de Carpo (fruta). Se decía que había competido por el amor de Cloris con su hermano Bóreas, a quien terminó ganando.

Vientos menores

Cuatro dioses menores del viento aparecen en unas pocas fuentes antiguas, tales como la Torre de los Vientos en Atenas. Originalmente, como atestiguan las obra de Hesíodo y Homero, estos cuatro dioses menores eran los Anemoi Thuellai (Άνεμοι θύελλαι, vientos de tempestad), demonios malvados y violentos creados por el monstruoso Tifón, equivalentes masculinos de las arpías, a las que también se llamaba thuellai. Estos eran los vientos que Eolo guardaba en sus establos: los otros cuatro Anemoi celestiales no permanecían encerrados. Sin embargo, escritores posteriores confundieron y mezclaron ambos grupos, olvidándose la distinción durante mucho tiempo.

Oswald von Glehn - Boreas and Orithyia
Boreas y Oritía.

Adoración

Se sacrificaban corderos negros a los vientos destructivos y blancos a los favorables. Bóreas tenía un templo en el río Iliso en el Ática, entre Titane y Sición había un altar de los vientos, en el que un sacerdote ofrecía un sacrificio a los vientos una vez al año. Céfiro tenía un altar en el camino sagrado a Eleusis.

Iconografía

Los vientos fueron representados por poetas y artistas de diversas formas. Estos últimos solían mostrarlos como seres con alas en sus cabezas y hombros. En el cofre de Cipselo, Bóreas aparece en el momento de raptar a Oritía, representado con serpientes en lugar de piernas. El monumento más importante representando a los vientos es la torre octogonal de Andrónico de Cirro en Atenas. Cada uno de los ocho lados del monumento representa uno de los ochos vientos principales en actitud voladora. Un Tritón móvil en el centro de la cúpula señalaba con su vara al viento que soplaba en cada momento. Todas estas ocho figuras tenían alas en los hombros, iban vestidas e indicaban las peculiaridades de los vientos en sus cuerpos y en divertos atributos.



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Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Aire_(elemento)
https://es.wikipedia.org/wiki/Dioses_del_viento_griegos
https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3reas
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9firo
https://es.wikipedia.org/wiki/Viento

Fotos:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Main_Page
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Rosa_de_los_vientos_-_Wind_Rose_(5694216900).jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/07/Rosa_de_los_vientos_...



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